Me dicen que no me preocupe, que ahora voy a llenar mi vida con nuevos y mejores recuerdos.
Pero mi mente no abandona los que pudieron haber sido y ya nunca serán.
Así que me quedo con los que fueron y nunca me abandonarán. Para bien y para mal.
ANOTHER MILLENNIAL YUMMY MOMMY
I read and I write. And I enjoy doing so. Come enjoy with me.
Me dicen que no me preocupe, que ahora voy a llenar mi vida con nuevos y mejores recuerdos.
Pero mi mente no abandona los que pudieron haber sido y ya nunca serán.
Así que me quedo con los que fueron y nunca me abandonarán. Para bien y para mal.
Atadme a la hoguera que separa el mal del bien. Esa tan brillante, esa tan cruel. Dejad que me engulla, escuchadme crepitar. Calor asesino que os purificará. Mirad la cera humana derritiéndose entre la leña. Castigo de vuestra voluntad para una bruja bella. Mi alma consigue huir por un resquicio de cabeza que aun sin consumir corona esa pira lastimera. Mi alma vuela y vuela hasta encontrar vuestro perfil . Os mira y ríe: <<Las brujas nunca morimos así>>
Less praying, more making.
Love in action.
That would be my kind of faith.
El sol le preguntó por qué ya no brillaba. La luna respondió que porque él calor ya no le daba.
You came to me like a wolf In the darkest of nights. You howled when you attacked With your scratches and bites. All those marks over my body, Those wounds inside my mind. There was no pain in that corner. Since then, I became blind. Did you feel a better man? Did your masculinity raise? Your hype of testosterone Simply wrecked a poor girl’s life. Someone’s got to tell you What you did was a crime. It may be late for me, Not though for some other one. I have no fear now. I feel no guilt now. Now I’m speaking loud: At last, I got you out.
Ha sido un día largo. De los que parecen lunes lluviosos. Ha sido un no-lunes de más gritos que abrazos, de más guerras de las necesarias. Ha sido una jornada de reflexión desagradable, en la que la conclusión es un enorme sentimiento de culpa e incapacidad.
Pero está llegando a su fin. Sin saber cómo, hemos sobrevivido. Estamos en la cama; un cuerpo desparramado, en un lado, y yo, en la otra esquinita, contemplándolo. Le ha costado dormirse más de lo normal, aunque ahora su sueño ya empieza a ser profundo.
Sigo mirando, encogida y embobada, cómo su pecho sube y baja rítmicamente. Pienso en lo inconsciente que es de su existencia. En que, muchas veces, no puedo perdonarle que no sepa que la vida adulta va más allá de la constante atención a sus estados cambiantes. Siento que no valora el esfuerzo que supone una dedicación completa a su bienestar. No me reconozco en lo que se supone que debería ser: responsable, ordenada, metódica. Me encuentro en un caos provocado por y para ese cuerpo tendido a mi lado.
Hasta que, de repente, escucho esa respiración, más alta de lo que cabría esperar, también rítmica. Al son de su pecho, mis ojos suben y bajan proporcionándome el placer más absoluto que he experimentado jamás. Ese yin yang con patas me echa de mi cama, pero yo solo puedo sentir auténtica paz. Ahora da igual todo lo malo que hayamos hecho a lo largo del día. Incluso da igual todo lo malo que hayan hecho los demás. Más aún, me olvido de los males del mundo y me dejo llevar por ese pequeño torso.
Me acerco, le acarició la mano, le robo un beso de su mejilla caliente y le huelo el pelo.
He probado con alcohol y con todas las medicaciones posibles; nada es comparable a este chute de relajación. No me hacen falta el yoga o la meditación. Este es mi momento de tranquilidad, de conectar con quien soy en realidad, sin dejarme llevar por la presión de las rutinas asesinas.
Solo veo su cuerpo, solo huelo su cabello, solo escucho su respiración, solo toco su mano.
Pensar en sus sueños mientras observo todas sus muecas inconscientes es mi mindfulness particular. Es ese recuerdo de su gesto tranquilo el que me dará fuerzas para sobrellevar todas las guerras de mañana. El del olor de su pelo lo que me hará desconectar cuando la rabia me inunde. El de su tacto suave lo que me devolverá la sonrisa en los momentos tristes.
Es mi cura y mi descanso. Verle dormir es mi momento de paz. Quizás el único al cabo del día, pero el que se repite, en semanas alternas, alrededor de las nueve y media de la noche.
Es mi cura y mi descanso hoy. Los de mañana tendré que lograrlos sin su ayuda.
Hasta dentro de una semana, mi vida.
Sands and winds form her silouhette.
Heat and cold gift her untamed strength.
Ancient red sands from remote dunes.
Far sandy winds towards ancient allure.
Subtly cold-minded in the darkness.
Heated warm heart under the sun.
Deserts are what make women perfect.
Perfect is what desert women are.
It’s when my eyes remain wide open
That I can see all shadows.
It’s when my eyes won’t roll down
That I receive fatal arrows.
No served breakfast any morning,
As I’m always the first awaken.
Everyday is a drowsy warfare
Between day-dreaming and day-sleeping.
Well, it ain’t a fairy tale
It’s not a pirate’s slave
It ain’t a princess asleep
She’s just a woman on my bed.
Love is over, love is gone
No cuddling nor presents
Just passive affection at home.
Well, it’s not like when we met
with all those bugs inside ourselves
It ain’t nothing like before
We’re now supposed to be mature.
Love is over, love is gone
No pampering bullshit
Just occasional throws.
So why’s it wrong to say goodbye
when all we have is debts and cries.
Baby, this is the last time.
I change this bed for a better try.
Boiling water
after boiling sheets,
after panting sounds
filled their ears.
The scrubs on that coach,
their best exfoliator.
The steam of their bodies,
a perfect moisturizer.
Hairs fly over the room
as they ain’t no feather pillows.
Sweat is their new cologne,
true passion billows.
They got new looks
with each love rhythm.
No need of beauty salons
with their both’s bed addition.
Natural odours and liquids
not only in the kitchen.
That’s what’s called a home
by those two bitches.